Ayer

Mi primera lectura de Kristof.
El estilo es cautivante. Muy fácil de leer, oraciones cortas, fragmentos cortos, que a su vez tienen una densidad poética zarpada.
Acompañamos a Tobías/Sándor, en su agobiante rutina como empleado de una fábrica de relojes, en un país que no es el suyo, con el peso del destierro y la ilusión constante de conocer (o reencontrar) a la mujer de su vida. Cáustico con la alienación del sistema capitalista y el modo de vida productivo, Sándor escribe, y busca en la escritura, en el sueño, en la mujer imaginaria, una posibilidad de libertad.
Si bien se puede describir como una historia realista, incorpora elementos oníricos sin situarlos explícitamente en un sueño, generando un estilo de realidad expandida que funciona muy bien para describir el estado psíquico y emocional del protagonista.
Creo que puede dividirse la novela en dos grandes partes: antes y después de la llegada al pueblo de Line. La primera parte me resultó perfecta. En la segunda, se deja a un costado la búsqueda más poética/onírica/existencial, para concentrarse más en el relato prototípico de un amor no-correspondido.
Se lee súper rápido, y vale la pena leer.
Extrañamente, el estilo me llevó mucho a la novela/prosa poética de Sbarra.