El nadador en el mar secreto

80 páginas. Ni dos horas he tardado en leerlo. La primera vez. Porque yo, que no soy de releer, lo he terminado y he vuelto. Porque es un "ineludible" como bien nos avisan desde la editorial. Porque es una maravilla, un imprescindible, un favorito, como queráis llamarlo, pero es uno de esos libros especiales que hay que leer.

80 páginas de las que me resulta muy difícil hablar porque a poco que diga ya habré contado todo, solo os diré la primera frase :"¡Johnny! ¡Acabo de romper aguas!
Difícil porque es de una dureza desgarradora.
Difícil porque nada de lo que diga podrá explicar la magnitud de su belleza.

80 páginas escritas desde un corazón y un alma desgarrados de dolor. Pero escritas con un estilo sobrio, sincero y contenido. Sin sensiblerías, algo que demuestra la grandiosidad de un escritor que nos hace ver la delgada línea que separa la felicidad y la esperanza de la desesperación, de la pérdida y del desgarro.
80 páginas de dolor y amor.

80 páginas durisimas que me han removido y conmovido y me han dejado con el corazón encogido y el alma rota y que me han demostrado una vez más que la vida y la muerte se dan la mano. Y que la pérdida y el dolor forman parte de la vida, que tenemos que aceptarlo y que es algo que nunca nos abandonará.

Leedlo pero sin buscar información, ni leer reseñas, ni sinopsis ni nada. Comprarlo, leerlo y atesorarlo.
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