Lander

Me ha fascinado por lo diferente que es a lo que se encuentra habitualmente en este género. Es un romance de los duros, de los difíciles, realistas e intensos, de los que no se endulzan con fantasías para que la relación sea más bonita o romanticona, es de los que se te mete dentro y lo sientes de lleno aprertarte las tripas y los nervios. Es tan natural y complicado como la vida misma. Y no solo la maravillosa pluma de la autora te facilita la tarea de sentirlo así, también lo hace la carga política y filosófica tan importante que da forma a toda la historia. Te hace reflexionar con cada situación, te hace romper barreras y prejuicios, también comprender situaciones sociales-morales más complejas. Eso es lo que más me ha gustado de la novela, la carga política que sustenta la trama, me ha encantado leer cómo dos personas que pese a no ser lo que son sus familias tan extremistas, pero que son totalmente opuestas por la educación y la cultura que mamaron y el pasado que arrastran (hijo de abertzales relacionados con ETA e hijo de fascistas madrileños) tras muchas dudas, miedos, prejuicios, conflictos de los gordos, y un largo etcétera de problemas y sufrimientos, logran superar todo esto y amarse. El descubrimiento a fuego lento de un amor que aparentemente no encaja pero que al fin encuentra el modo correcto de existir y que no te deja indiferente. Además mi amor por Euskadi, su gente, su cultura, y su Historia me han ayudado a empatizar aún más con Lander, su rudeza y su historia, ha sido mi personaje favorito, y en cuanto a Ángel, era dificil no quererlo desde el primer momento por lo dulce, cariñoso y servicial que es. Sin duda su romance merece la pena ser leído por todo aquel que adore el género y busque algo diferente, más serio e intenso, que un simple romance bonito y kuki con el que pasar el tiempo.