La chica que vive al final del camino

Rynn vive sola en casa y hace lo que quiere, con tan solo 13 años fuma y bebe. No va al colegio. No tiene amigos. No se relaciona con nadie más que su rata blanca. Son demasiadas las preguntas. Y demasiados los vecinos entrometidos a los que Rynn debe dar largas cuando se presentan en la puerta. ¿Dónde está su padre? ¿Qué oculta dentro de casa?

Un clásico de la literatura gótica americana que desborda misterio e intranquilidad por todas partes. Con una increíble primera escena que ya nos pone en contexto de lo que nos encontraremos; Rynn de tan solo 13 años, celebra en soledad su 13 cumpleaños.

Los detalles de su vida son escasos, como lectores sólo queremos saber más de esa vulnerable niña que percibe cualquier visita como una amenaza directa. El desconcierto que genera su pasado y su actitud tan arisca son el punto fuerte para querer seguir avanzando en la narración. La angustia de la joven traspasa el papel calando en el lector.

Con giros absolutamente brillantes os harán preguntaros hasta que punto Rynn es una inocente niña que no puede valerse por sí misma, o si más vale mantenerse alejado de ella. Me parece que es un personaje muy profundo, con una razón de ser que merece la pena pararse a conocer. Y unos personajes secundarios absolutamente magníficos para exprimir todo el potencial de la obra.

Una ambientación de escándalo es la guinda del pastel, una apacible casita, alejada de todo núcleo urbano y rodeada de bosque y mar. No he visto la adaptación cinematográfica, pero tiene que ser una absoluta virguería.
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