Es bien poco lo que pienso decir de esta novela; es bonita, muy entrañable, esperanzadora. Una historia para jóvenes (de todas las edades) sobre la aceptación y la diferencia, esperanzadora y lírica. El lenguaje es un poco tosco, pero cariñoso y resultón. No es en vano el que Linus comience inconscientemente a comprender las distintas hablas de los seres mágicos que parecían solo gorjeos o gruñidos, o que el traductor tenga el genial acierto de traducir "oh, dear" por ese logradísimo "Ay, madre". Aparte de lo previsible que puede parecer, o lo poco creíble que resulta ese enfrentamiento y su apresurada resolución, emplea el autor (para mi gusto) trucos un tanto condescendientes como el abuso de sirope y la banda sonora propia de película estadounidense de los '90, aunque sí, Sam Cooke o Buddy Holly son de lo mejor de las nostalgias, y ese "¿quieres bailar?" tiene ecos de mamá Austen... en un mundo mejor, beyond (tal vez) the (cerulean) sea. |