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Es una historia tierna, de esas que te dejan el corazón calentito y una sonrisa en la boca. de esas en las que amas a sus personajes y ríes y lloras con ellos. Teniendo en cuenta los temas que trata, es mucho decir. Porque es una historia de huérfanos, de miedo al diferente, de desconfianza, de rechazo, de falta de empatía, de desidia, de abandono, de segregación, de crueldad, de vigilancia social, de imposición de una única forma válida de ser, de ceguera, de impotencia. Es una historia muy dura contada de una forma delicada y que hace énfasis en la bondad y la capacidad de mejora del ser humano. ¿Demasiada ternura en ocasiones, demasiado azúcar? Tal vez, pero a veces puede ser justo lo que hace falta. Conozco la polémica alrededor de este libro. Entiendo a los que lo critican, aunque no estoy de acuerdo. Klune ha empleado la fantasía para elaborar una historia tierna alrededor de una base, como digo, terrible. No creo que eso signifique que es irrespetuoso o que blanquea la historia, porque el dolor, el abandono y la injusticia están ahí. Tampoco justifica lo que sucedió, más bien lo contrario. A veces hacen falta historias amables, aunque traten hechos terribles, que nos recuerden que no todo es una m1erd4 y que el ser humano es capaz de lo peor, sí, pero también de cosas buenas. |
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