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La lectura de esta novela se ha dado gracias a una colaboración con su autor que, amablemente, ha pensado en mí para leer y reseñar su obra. Nos encontramos con la primera parte de la que, por el momento, será una trilogía de fantasía. Ésta comienza con la muerte de el rey Oril III. Su hija, la princesa Liriam, pasará de ser una niña mimada a decidir pasar el resto de sus días al lado de la tumba de su padre, como su guardiana. Se trata de una novela corta, que no llega a las 100 páginas pero, aún así, no deja cabos sueltos ni se encuentran incoherencias en la trama, cosa que me ha gustado mucho Está narrado en forma de crónica histórica, lo que hace que, a pesar de ser una historia de fantasía, parezca que nos están narrando un hecho histórico. Efecto que se amplifica gracias a las notas a pie de página que incluye, las cuales nos tratan de convencer de que se trata de una historia real. Me ha gustado mucho la forma de narrar del autor, así como la historia. Cabe destacar la enorme evolución que sufre la protagonista. Hablando de la misma, al principio me pareció un cambio de personalidad demasiado abrupto pero, a medida que continúas la lectura, entiendes a qué se debe y cuadra por completo. En cuanto al final, no me lo esperaba para nada. Me dejó con la boca abierta e invita a seguir leyendo, porque este libro es algo más introductorio y deja con la miel en los labios. En general, una historia corta de fantasía que engancha y deja con ganas de más. |
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