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El último libro de la saga Hathaways me ha encantado. Estaba deseando leer la historia de Beatrix, a la que he estado viendo desde pequeña en los primeros libros de esta saga. La historia es muy bonita, el buen corazón de la protagonista se muestra desde el principio y la lleva a hacerse cargo de escribirle las cartas a Christopher, las cuales son conmovedoras. Mientras leía esa parte, estaba deseando que él volviera de la guerra para que descubriera quién era la auténtica autora de esas misivas que tanto le estaban ayudando durante la contienda. Me ha gustado mucho ser testigo de la mujer en la que Beatrix se ha convertido, cómo ha madurado sin dejar atrás su amor por los animales, sobre todo por aquellos que necesitas una dosis extra de cariño por haber sufrido alguna enfermedad o trauma. Su conocimiento del dolor es lo que la lleva a er perfecta para Christopher, que sufre trastorno de estrés postraumático al volver de la guerra. El descubrimiento de este que es ella quien está detrás de las cartas es precioso y abre las puertas al amor. Esta novela es el broche perfecto a la saga. Hay mucho amor, problemas y conflictos que surgen entres los protagonistas por sus respectivos pasados, y animales que necesitan cariño. Es un libro de los que te dejan una sonrisa al terminar de leerlo y que he disfrutado muchísimo. |
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