Capitanes intrépidos

Se trata de una novela de aventuras juvenil, protagonizada por Harvey Cheyne, el hijo malcriado de un multimillonario. Durante una travesía en barco se cae por la borda debido al mareo que le provoca fumar un puro para hacerse el valiente, con tanta suerte que es recogido por un barco de pescadores portugués capitaneado por Disko Troop. Una vez recupera la consciencia, Harvey trata de convencer a la tripulación de que es heredero de una gran fortuna y, por ese motivo, deben llevarle a tierra. Ninguno da mucha credibilidad al chaval, además de no gustarles sus maneras altaneras, por lo que decidirán seguir su rumbo y dejarle en el puerto final de la travesía para que contacte entonces con sus padres.

Durante el tiempo que dura el viaje de pesca, Harvey no solo aprenderá a ser un grumete o a pescar, sino que le enseñarán lecciones más valiosas como la humildad o el orgullo que produce el trabajo que uno mismo consigue realizar con sus propias manos. El cambio en el joven será radical, aprenderá a apreciar el trabajo de sus compañeros y descubrirá en sí mismo el interés por el trabajo, vamos, que es toda una experiencia de maduración para él. A su llegada a tierra firme, los padres de Harvey se encontrarán con un hijo totalmente diferente al que creían haber perdido en el mar, por lo que estarán infinitamente agradecidos a Disko Troop y su tripulación.

Me pareció una lectura sencilla y blanca, que no esconde ninguna sorpresa y transmite con facilidad la moralina sobre el hacerse a uno mismo que posiblemente buscaba Kipling con el relato.