Capitanes intrépidos

Hay autores a los que, cual si fuese yo "pez de ciudad", pienso que "No debieras tratar de volver"; creadores que valoré mucho y de cuyas obras gocé en mi primera juventud... y que en su revisión me dejan frío, me resultan tediosas, con escaso interés.

El muy dotado y celebrado Kipling, oficioso cronista del imperio inglés, con su figura bigger than life y su muy interesante vida, es uno de ellos, a juzgar por la impresión que me causa, ahora, cincuenta años después, Capitanes intrépidos. de ningún modo pienso que mi perspectiva actual sea mejor, ¡voto a bríos!, sí más pobre, más resabiado.

La historia de iniciación y aprendizaje del "pobre (¿de veras? Ja, ja) niño rico" Harvey Cheyne tiene, en mi humilde opinión, mucho truco: un excesivo apresuramiento en el cambio inicial (como si fuésemos a defender el buen tortazo que se merecía el malcriado, que sin duda obra milagros), una hiperbólica situación familiar, un virtuosismo técnico en el pasaje ferroviario que te mueve mucho para dejarte donde estabas, una compilación de detalles costumbristas que añaden bien poco y... una desfavorable comparación del personaje de Manuel con respecto a la película de Víctor Fleming.

¿Qué más? Desde luego las escenas en el We're Here son fantásticas y muy elocuentes, los personajes interesantes y la historia, en general, optimista y muy bienintencionada.

Se trata de una novela de aventuras juvenil, protagonizada por Harvey Cheyne, el hijo malcriado de un multimillonario. Durante una travesía en barco se cae por la borda debido al mareo que le provoca fumar un puro para hacerse el valiente, con tanta suerte que es recogido por un barco de pescadores portugués capitaneado por Disko Troop. Una vez recupera la consciencia, Harvey trata de convencer a la tripulación de que es heredero de una gran fortuna y, por ese motivo, deben llevarle a tierra. Ninguno da mucha credibilidad al chaval, además de no gustarles sus maneras altaneras, por lo que decidirán seguir su rumbo y dejarle en el puerto final de la travesía para que contacte entonces con sus padres.

Durante el tiempo que dura el viaje de pesca, Harvey no solo aprenderá a ser un grumete o a pescar, sino que le enseñarán lecciones más valiosas como la humildad o el orgullo que produce el trabajo que uno mismo consigue realizar con sus propias manos. El cambio en el joven será radical, aprenderá a apreciar el trabajo de sus compañeros y descubrirá en sí mismo el interés por el trabajo, vamos, que es toda una experiencia de maduración para él. A su llegada a tierra firme, los padres de Harvey se encontrarán con un hijo totalmente diferente al que creían haber perdido en el mar, por lo que estarán infinitamente agradecidos a Disko Troop y su tripulación.

Me pareció una lectura sencilla y blanca, que no esconde ninguna sorpresa y transmite con facilidad la moralina sobre el hacerse a uno mismo que posiblemente buscaba Kipling con el relato.

Capitanes intrépidos, 1897
Rudyard Kipling
@australeditorial
Traducción de J. Novo Cerro

Harvey Cheyne es un muchacho malcriado hijo de un multimillonario que durante una travesía en barco, cae accidentalmente por la borda y es recogido por Manuel, pescador portugués del We're Here.
Una vez a bordo del pesquero, Harvey se enfrentará a la dura vida en alta mar y al esfuerzo diario que le exigen sus rudos compañeros de trabajo. Pero lo que empezó como una pesadilla para un pobre niño rico transformará a Harvey en un joven completamente diferente.

Una historia que hemos leído en LC en el trimestre aniversario del #clubclásicosjuveniles, con las capitanas @sai_miluka.the_bibliophile y @anabayus al mando.

He disfrutado del relato, he aprendido muchos términos marinos y montones de curiosidades y detalles que el señor Kipling recopiló para escribir su novela.

#captainscorageous #capitanesintrépidos #rudyardkipling #leoclásicos #leeresvivir #leermola

Harvey Cheyne es un niño rico y malcriado que debido a un mareo cae por la borda del transatlántico en el que viajaba y es recogido por un pescador. de esta manera acaba a bordo de la goleta Estamos aquí llena de rudos marineros que se dedican a la pesca del bacalao.
Hasta ese momento Harvey ha tenido siempre todo lo que ha deseado y eso lo ha convertido ​en un niño consentido que no da valor a nada. Pero eso está apunto de cambiar. Poco a poco iremos conociendo a un nuevo Harvey que se convertirá en uno más de la tripulación, dejando atrás los remilgos.

Elegí este libro porque cuando era pequeña me encantaba la película que está basada en él y tenía ganas de conocer por fin la novela. Sin embargo, me he encontrado con una historia diferente. Ya sabemos que en las adaptaciones suelen resumir y cambiar muchas cosas, a veces en exceso. Normalmente siempre me quedo con el libro pero en este caso no sabría decidirme. A la película le tengo mucho cariño y en el libro he descubierto una nueva historia que atrapa desde la primera página y que está llena de amistad, fraternidad, respeto e igualdad.

El mensaje que quiere transmitir esta historia me ha gustado, y es la única razón por la que no dejé esta historia a mitad. El libro comienza con la presentación de Harvey, el protagonista de la historia cuya personalidad es realmente odiosa. Como se refleja en la sinopsis, es el típico niño rico que se lo tiene creído y cree que por tener dinero puede mandar de la gente y ser superior a ellos. Esta es una de las personalidades que más odio en la vida real, y verlo reflejado en una historia me interesaba, sobretodo sabiendo que al final del libro, Harvey iba a pegar un gran cambio.

Cuando tiene un accidente en el barco en el que iba, se encuentra de repente en una situación realmente desagradable para él, ya que tuvo que ponerse a trabajar. Gracias a un barco pesquero que consiguió rescatarle, tuvo que adentrarse en esta vida tan complicada y ajena a lo que él estaba acostumbrado, a no dar un palo al agua. La pluma del autor es sencilla, tanto que la narración llega a hacerse aburrida. No hay ningún punto de acción ni en ningún momento todo se empieza a poner realmente interesante como para engancharte.

No es un libro que me parezca nada del otro mundo, por mucho que avances no llega a ocurrir nada relevante. Vas adentrándote en la vida pesquera y el protagonista va conociendo a los trabajadores, sus vidas y como se esfuerzan para sacar su vida adelante. Algo que Harvey nunca ha tenido en cuenta. Conforme avanza la historia, él va dándose cuenta de cómo era su personalidad antes del accidente y empieza a valorar lo que tenía y a esforzarse para trabajar duro.

No he disfrutado la historia ya que en su gran mayoría me ha parecido aburrido y monótono, con un tono muy simple y sin emoción. Como he dicho antes, solamente lo he leído por el mensaje que Kipling ha querido transmitir y porque quería ser testigo del cambio de mentalidad del protagonista. Cuando te encuentras en una situación dura y te ves obligado a sobrevivir, valoras cada mínimo detalle de la vida.

Lo único que creo que salva la historia es el final, en el momento en el que Harvey se encuentra con sus padres y ellos observan el gran cambio de su hijo. Un hombre maduro, trabajador y que se merece el poco dinero que ganó trabajando en aquel barco. Él mismo se siente orgulloso de su labor y se da cuenta de lo que es capaz de hacer él solo.
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