Es imposible leer Rabia sin verse reflejado en uno de los estudiantes de esa clase. Cada una de las declaraciones que escuchamos (que a mi parecer se quedaron cortas) van cayendo como losas, no tanto por lo que cuentan sino por la forma como lo cuentan. Como me pasó con Norman Bates en Psicosis, sentía la necesidad de que Charlie saliera indemne del lío en que se había metido [incluso a extrema la precaución con Ted Jones]. Como punto negativo podría decir que siento que algunas explicaciones de trama no han logrado superar el paso del tiempo y han envejecido mal. Pero ojalá todos los libros de hace 40-50 años hubieran envejecido igual. En conclusión, un libro ameno, corto y atrayente. Una opción muy interesante si lo que se busca es algo psicológico y pausado sin ser denso o pesado. |