Misery

Paul Sheldon es un escritor de cierto éxito, es el autor de las novelas en las que Misery Chastain es la protagonista.

El escritor sufre un terrible accidente de coche, pero sobrevive. Annie Wilkes lo ha salvado, y lo cuida en su propia casa de las montañas de Colorado. Annie es enfermera, y además es la fan número uno de las novelas de Misery. ¿Qué alivio, no?

Espera, ¿por qué está en una casa particular alejada de la mano de Dios y no en la cama de un hospital? Oh, cielos, tiene las piernas destrozadas y no puede moverse.

Paul se mosquea aún más cuando descubre que a su salvadora Annie no le gusta nada el final del último libro de Misery. ¿Y qué va a hacer Annie al respecto?

Cosas lógicas... Bueno, no. Annie está como una regadera. Y da mucho, mucho miedo.

Este es el escenario y estos son los personajes que nos presenta Stephen King en esta novela. No hay más, pero esta historia no los necesita.

King consigue crear una trama asfixiante, a ratos claustrofóbica que me ha atrapado como una rata del sótano de Annie en una trampa para ratas.

No soy un fan del género, aunque libros como éste los disfruto. Tal vez suene un poco masoquista, pero qué gustito me ha causado leer las escenas más terroríficas metidito en la cama a las 2 de la mañana.

Pese a lo conocido que es el autor y los numerosos libros publicados, yo sólo he leído una novela más aparte de esta ("It", que también me encantó), y estas sensaciones tan positivas me invitan a seguir conociendo su obra.

Annie Wilkes, qué miedo me has dado.