Después

Jamie Conklin tiene veintidós años y algo que contar. Nos narra su vida desde los seis años hasta los quince. Y es que es un chico muy especial, ve a los muertos y puede hablar con ellos. Eso le hará vivir unos cuantos momentos terroríficos que comparte con el lector.

La novela está narrada en primera persona, con la voz de Jamie, y arranca en 2006 cuando el chico tiene seis años. A partir de ahí seremos testigos de su historia familiar y de lo que le acontece según va creciendo.

El libro es cortito y fácil de leer, también es muy adictivo e interesante. Stephen King va al grano desde el principio, algo muy de agradecer, lo que ayuda a meterse rápido en la historia.

Jamie va a pasar por momentos angustiosos y no siempre por culpa de los fantasmas, hay humanos que casi dan más miedo que ellos.

Es muy fácil identificarse con Jamie y sufrir con él, y también sentir simpatía por ese chico diferente. La parte del pavo me pareció muy tierna, y se siente como algo que podría pensar un niño de esa edad.

He disfrutado un montón con la lectura y me he mantenido enganchada todo el tiempo. Algunas cosas no las vi venir, pero otras sí. El giro final no me lo esperaba, aunque tiene sentido.

No lo compré en su momento porque me parecía muy caro para el número de páginas que tiene, así que me esperé a que saliera en bolsillo. Y me alegro de haberlo leído a pesar de las opiniones dispares. A mí me ha gustado mucho y os lo recomiendo.