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En la carretera Interestatal 50 de los Estados Unidos, en el tramo más desértico y solitario, se ubica un pueblo minero llamado Desesperación, un pueblo perdido y literalmente alejado de la mano de Dios Por casualidad (o no), los personajes de esta historia se verán obligados a vivir una de las peores experiencias, asimilar situaciones inexplicables y unirse en contra de aquello que ha traído la desolación y muerte al pueblo Me ha sorprendido muchísimo esta novela porque el autor siempre que habla de religión lo hace a modo de crítica, casi de forma caricaturesca, dejando mal parado el fanatismo de algunos o las religiones mal entendidas; en esta novela le ha dado mucho poder y protagonismo a ese SER al que muchos tienen fe, en el que confían, escuchan y que de alguna manera guía sus pasos, y lo hace a través de un niño de 11 años un personaje que sufre, escucha, asimila, reflexiona, cuestiona y asume su papel ante las difíciles y duras situaciones que la vida le pone por delante Como viene siendo costumbre en sus obras en ésta también incluye una fuerte denuncia, en este caso hacia la explotación de mano de obra barata, casi esclavizando a quienes emigran por necesidad y trabajo, al oficio del minero y a las duras condiciones a las que eran (?) sometidos Me encantó el mensaje en que nos hace reflexionar, mantener la esperanza, pase lo que pase, vivir y dar gracias por ello y a pesar de que a veces la vida se tuerce y nos arrebata lo que más queremos, seguir, seguir y seguir dando un paso más cada día y confiando en quien nos ofrece una mano para no caer en la “Desesperación“ |
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