Almuerzo en el café Gotham

King se deja de rodeos y en este relato va directamente al grano.
Y entonces aparece el genio.

Cuando conviertes la sencillez en el arte de entretener e incluso sorprender, la acepción de maestro es válida.

No podemos hablar de cotidiano ( salvo que seas muy desgraciado) el hecho de que tu pareja te deje con una nota y su terapeuta ( y nuevo amante) te llame por teléfono para concertar una entrevista con tu ex y tratar el divorcio de forma civilizada.

En esta situación se encuentra Steve que para flagelarse más, decide dejar de fumar y en plena abstinencia por la nicotina, aceptar el encuentro.

Sentadas las bases y preparado para un ataque de celos del abandonado que acabe en carnicería me regodeo en lo previsible.
¡Qué listo soy!
Ay, ay ay.

King utiliza un almuerzo en un restaurante como escenario, pero modifica completamente la escena con un villano adorable. ( Siento una incomprensible simpatía por el malo de este cuento)

El cuentito tiene su punto de ironía y está muy bien estructurado.
De menos a más, todo indica que no es una buena idea aceptar la cita, y desde luego, el listo que llevo dentro en esto, acierta.
En nada más.

Almuerzo e el café Gothan se publicó por primera vez en 1995 y el pasado 10 de octubre Nórdica Libros ha efectuado una rendición ilustrada por Javier Olivares.

Un texto donde todos los seres son de carne y hueso y el terror radica en que cualquiera de nosotros podría estar comiendo apaciblemente en un restaurante y vivir la maravillosa experiencia que el norteamericano nos narra.

Estoy convencido que a muchos nos gustaría ser la persona que rompe la paz en esta velada.

Al menos a mí, si. Ay, ay ay.

Ya me estoy viendo en First Dates.

Me ha gustado mucho, no tengo remedio.