King nos tiene acostumbrados a premisas sorprendentes y originales y la de esta novela no deja indiferente: Jake Epping es un profesor de inglés que encontrará, junto a su amigo Al, un portal temporal que traslada a quien lo cruza al 9 de septiembre de 1958. al tiene un sueño: evitar que el presidente John F. Kennedy sea asesinado en aquella fatídica e histórica mañana de 1963, pero está muy enfermo y le pide a Jake que sea él quien lo haga. Seremos pues testigos de todo lo que le sucederá a nuestro protagonista en esta misión tan descabellada y de si logrará cambiar el rumbo de la historia. Es una novela larga, de casi 900 páginas en su edición en español, pero King consigue engancharnos desde el principio y mantener el ritmo. Hace fácil de entender las normas y la complejidad de la situación que plantea en cuanto a viajes temporales se refiere; el escritor se aleja de su faceta terrorífica y nos ofrece una novela de ciencia ficción con tintes históricos tan asombrosa como interesante con unos personajes bien construidos y entrañables. El libro está respaldado por una labor de documentación abismal necesaria para informarnos sobre todo lo relativo a la muerte de Kennedy y las personas y lugares reales que juegan y jugaron un papel importante en la historia. Asimismo es una delicia cómo King nos sumerge en la América profunda de los años 50 y 60 con todo lujo de detalles. El resultado es una novela apasionante sumamente enriquecedora y disfrutable que se va directa a mi pódium de Stephen King. Recomendable tanto para los fans del escritor que aún no la hayan leído como para quien quiera probar a iniciarse con el autor. Es de las que dejan huella. |