Una llama misteriosa

Quinta entrega de la serie del cínico detective Bernie Gunther, que se desarrolla inmediatamente después de los hechos descritos en "Unos por otros". La historia se narra en dos tiempos, a caballo entre la Argentina de 1950 y el Berlín de 1932.

Amparado bajo su nueva identidad (Carlos Hauser), Gunther llega a Buenos Aires con Eichmann y otro nazi. En la capital argentina coincidirá, muy a su pesar, con un gran número de nazis exiliados. Casualmente (o quizás no tanto), un brutal crimen reproduce al milímetro otro asesinato que investigó Gunther en Berlín, en 1932. Conocedores de esta coincidencia, los hombres de Perón deciden contratarle para que investigue entre los exiliados alemanes, convencidos que uno de ellos es el responsable de ambos asesinatos: el del pasado y el del presente. Paralelamente, sus servicios son requeridos por un acaudalado banquero alemán para encontrar a su hija desaparecida. Por si eso no fuera suficiente, una atractiva judía le ruega que le ayude a buscar a sus tíos, desaparecidos tres años atrás sin dejar rastro.

Partiendo de este hilo argumental, Kerr realiza una gran recreación de fuga de nazis, ocurrida en la posguerra con la connivencia de la Iglesia Católica (como ya se vio en "Unos por otros") y de varios gobiernos occidentales, entre ellos el argentino. Como él mismo admitirá en su postrera nota de autor, el libro "La auténtica Odessa: la fuga nazi a la Argentina de Perón" (Paidós, 2002) de Uki Goñi, fue la fuente de la que bebió principalmente a la hora de documentarse para la novela.

Estamos ante una historia perfectamente narrada, magistralmente documentada y que nos proporciona el goce de releer a un personaje icónico como el comisario Bernie Gunther. Un hombre al que le encaja como anillo al dedo esta cita del Marlowe de Chandler, al que en tantas ocasiones nos recuerda:
"-¿Cómo puede ser tan dulce un hombre tan duro? -preguntó, curiosa.
-Si no fuese duro, no estaría vivo. Si no fuese dulce, no merecería estarlo."

Pero "Una llama misteriosa" es mucho más que una brillante novela negra. Es un alegato antinazi. Gunther sirvió en las SS en la guerra. Él era antinazi, pero no se opuso a su reclutamiento como él mismo admitirá porque "antepuse mi supervivencia a cualquier otra consideración. Eso no tiene vuelta de hoja. Si fuese verdaderamente inocente, estaría muerto. Y no lo estoy."

Un pasaje éste que me recuerda muchísimo a otro de Vasili Grossman: "Bajo el fascismo, al hombre que desea seguir siendo un hombre se le presenta una opción más fácil que la de conservar la vida: la muerte." (Vida y destino)

La cobardía de no asumir ese sacrificio por conservar su dignidad, será la cruz que le acompañará a lo largo de toda la serie de novelas al bueno de Bernie Gunther. Tratará de redimirse por ese momento de flaqueza en el que eligió sobrevivir (a costa de asesinar a inocentes) en vez de la muerte.

Fantástica lectura.