En el camino

Estos dos libros de Kerouac tuvieron su oportunidad.

Los dos llegaron a mis manos por recomendaciones de gente a la que yo admiraba y que me aseguraron, cada uno de ellos en su momento, que eran unos libros que había que leer sí o sí.

Así que hice caso y los adquirí, con una diferencia entre uno y otro de 8 años, pensando que tanto uno como el otro iban a ser lecturas de esas que te marcan la vida y que tras leerlos hay un antes y un después.

El primero que leí fue "En el camino", y lo terminé como quien termina una serie, obligada a verla aunque se te cierren los ojos porque es necesario ponerle el punto final, nada más que por eso.
No encontré "eso" que me aseguraban que iba a encontrar. Es simplemente un libro, como tantos otros, sobre un viaje, con algunas aventurillas, algún toque gamberrete y poco más. Y que conste que me lo leí enterito.
No sé si esa fue la intención del autor el plasmar "el no hacer nada o estar todo el tiempo medio tirado" como medio de vida o como experiencia vital. ¿Filosofía de los años 60?, puede ser. Conmigo no va.

Del segundo de los libros, "Los vagabundos del Dharma" pasó algo parecido, sino peor.
Lo admito, es el único libro, de todos los que he leído, que no he terminado y que no quiero ni terminar.
Ni me va ni me viene, y eso que me costó un riñón encontrarlo físicamente en una librería porque la edición estaba agotada y a todas las librerías que fui no había forma de conseguirlo.
No puedo opinar, salvo hasta donde llegué leyendo, más o menos por la mitad, cosa rara en mí porque me gusta terminar las cosas que empiezo. Pero con este libro no había forma.

Con todo esto tengo que confesar que Kerouac no es el santo de mi devoción, y que estas novelas serán todo lo que quieran decir los demás, quienes las presentan como obras únicas, maravillosas, imprescindibles... En mi caso, no. Y lo siento por "aquello" que se supone que me pierdo.
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