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La historia nos presenta a Grace Alexander quien no ha tenido una buena experiencia en el amor. Su amiga Selene cree que tiene la solución para sus problemas, un libro en el cual se encuentra atrapado Julian de Macedonia. Él es un esclavo griego que cuando es invocado tiene que cumplir todos tus deseos. Grace se muestra escéptica frente a las palabras de su amiga pero la noche de su cumpleaños se emborracha y decide invocar a Julian. Jamás se hubiera imaginado que aquel dios griego aparecería frente a ella. Julian de Macedonia, hijo de la diosa Afrodita y antiguo general griego no tiene más remedio que cumplir con la maldición que le fue impuesta hace 2000 años atrás. Encerrado en un libro a la espera de que lo invoquen y sin tener control de sí mismo no se imagina una peor existencia. Hasta que una noche una mujer lo llama, una mujer que es completamente diferente a las a anteriores. No quiere tener nada con él y por primer a vez en milenios lo trata como una persona y no un objeto. Si hay un libro que tenía muy pendiente era este y la verdad no entiendo porque no lo leí antes. Disfrute más de lo que pensaba de la historia, la química entre Julian y Grace es innegable. Creo que se encontraron justo en el momento indicado. Julian es, podríamos decir, un semidiós que sufrió de todas las maneras posibles. Ahora Grace es su oportunidad de romper con la maldición que pesa sobre él. A Grace le rompieron el corazón y le es difícil confiar en un hombre y Julian le hace ver otra faceta de ella. Entre ambos se ayudaran a sanar viejas heridas. La historia es entretenida, graciosa en ciertas partes y emotiva en otras. Se lee muy rápido y es perfecta para pasar un buen rato. Es muy seguro que poco a poco iré poniéndome al día con los demás libros. Porque tengo entendido que es una saga muy larga compuesta hasta ahora de treinta y algo de libros. |
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