La novela nos traslada a la Prusia de 1836, allí conoceremos a Hanne, una adolescente vital y rebelde que mantiene una relacion muy especial con la naturaleza, lo que le ha hecho ganarse entre sus vecinos la fama de "rarita". Hanne y su familia viven en una comunidad religiosa sujeta a unas estrictas normas de convivencia que la joven se resiste a cumplir y que le ha condenado a una vida solitaria, pero todo cambia con la llegada a la aldea de la misteriosa Thea, otra adolescente con la que entablará una intensa relación. Cuando la vida empieza a favorecer Hanne, la persecución religiosa que sufre su pueblo hace que su vida se precipite de nuevo. . Las primeras páginas de esta novela son Hannah Kent en el estado más puro y más bello, desde el primer párrafo reconocí a la autora y su lenguaje poético y exquisito. al instante me sentí envuelta por la ambientación y por la historia, ame al personaje de Hanne y empecé a querer a Thea y ese aló casi mágico que la envuelve, pero eso solo ocurrió en las primeras 220 páginas. Justo en ese momento, hay punto de inflexión que divide la novela en dos y provoca que todo cambie. A partir de ese punto la historia se vuelve plana, repetitiva y decepcionante. . El problema no es que ese punto de inflexión sea erróneo, al menos no para mí, diría incluso que es uno de los momentos álgidos y más bellamente escritos de la novela. La cuestión es que no está bien desarrollado y no da para llenar otras 200 páginas. En ese punto la historia va decayendo hasta cerrar con un final precipitado y desalentador. Pero este no es el único fallo que he encontrado durante la lectura, la novela está llena de malas elecciones, la parte histórica no está bien desarrollada y hay temas muy interesantes por los que la autora pasa de puntillas y los desperdicia para centrarse únicamente en la relación de Thea y Hanne. . Con todo esto, no me arrepiento de haberla leído. La primera parte es preciosa y, precisamente por eso, me da más rabia que esa segunda mitad no haya estado a la altura. Hay personajes fantástico más allá de las protagonistas, la novela respira un gran amor por la naturaleza, hay pinceladas del realismo mágico que tanto me gusta y por supuesto, está la poesía de la autora. . Me ha costado sinceramente conmigo misma y reconocer que este libro no ha sido lo que deseaba, pero es que de Hannah Kent espero mucho más. Ahora solo me queda aguardar el cuarto libro de la autora y os aseguro que, cuando llegué el momento, le haré la fiesta que seguro se merecerá. |