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Juliet deja unas cartas en la tumba de su madre cada vez que va a visitarla al cementerio. Un día, alguien responde una de esas cartas y, pese al enfado inicial, Juliet descubre que esa persona entiende sus sentimientos. Declan está cumpliendo servicios a la comunidad y ha logrado creer que es horrible. Nadie, excepto su amigo Rev, es capaz de ver más allá de su imagen externa de chico inadaptado, solitario, resentido. Todos ignoran el dolor y la culpa con los que Declan carga a las espaldas. Juliet y Declan no se conocen, pero empiezan a intercambiar cartas, mensajes y emails en los que se sienten libres de hablar sobre sus sentimientos y se dan cuenta de que entre ellos se está creando una conexión. No quieren dar el paso de conocerse en persona, pero no saben que sus caminos se han cruzado varias veces en el instituto. Sin abusar del drama ni usarlo como excusa, la novela tranmiste el dolor, la culpa o la rabia de dos adolescentes que tiene que afrontar la pérdida de seres muy queridos para ellos, tienen que enfrentarse a situaciones complicadas pero no pierden la esperanza de que algo bueno llegue a sus vidas. Una historia bonita, con personajes muy reales, a los que te crees, con los que sientes su vulnerabilidad y también su evolución. Un libro muy recomendable, de esos libros que tenía acumulado en mi lista de pendientes y que ha supuesto una gran sorpresa. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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