Me ha enganchado desde el principio la historia de Emma y Alex. La forma de narrar el reencuentro, intercalándolo con episodios de su infancia y su primera relación, ayuda a pillarles más cariño y a entenderles. Más a Emma porque es la narradora y de la que conocemos lo que piensa en todo momento. Y la verdad es que tiene unos monólogos mentales de lo más divertidos.
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