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Autumn es una chica que se ha pasado toda la vida en casas de hogares y nunca encontrando un hogar. El único sitio que le hacía feliz era una casa azul y en la que espiaba a las personas que vivían en ese hogar, siempre los veía felices. Pero con 15 años conoció a los que serían su familia para siempre. Trabaja en una tienda de antigüedades, un trabajo que adora. Un día se entera que la casa azul van a derribarla y hará todo lo posible para que no lo hagan. Jason es un chico que ha tenido siempre a su familia a su lado, aunque a veces se siente incomprendido por ellos. Sus amigos Rachel, Mike y Luke son como una familia para él, llevan unidos desde que son unos niños. Su nuevo proyecto le hace mucha ilusión y espera que realmente funcione, solo tiene que derribar una casa azul y empezar con lo que tanta ilusión le hace. Una noche con una gran tormenta, unas llaves perdidas que no se encuentran y el destino es el que hace que las vidas de Jason y Autumn queden unidas de una forma inesperada pero puede que a los dos le den lo que tanto han deseado. Jason y Autumn son personajes completamente opuestos, de dos mundos muy diferentes y aunque en muchos momentos, sobre todo al principio chocan, poco a poco se van amoldando el uno al otro. El romance es lento, aunque la atracción entre ellos es innegable, son como una polilla y la luz. Poco a poco se van conociendo y se van haciendo hueco en la vida del otro. Poco más os puedo contar de esta historia sin hacer spoiler, porque habrá algo que haga que la vida de Autumn y Jason de un giro inesperado pero gracias a eso hará que nuestros chicos poco a poco pasen más tiempo juntos. Y hay cierto detalle en la novela que me ha enternecido y me ha calentado el corazón. |
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