Gota a gota, palabra a palabra, estos cuentos de aparente sencillez lo dan todo —como dice el refrán “Dando y dando, la gotera va horadando”. Son potentes, tanto que en ellos puedes escuchar el silencio, ver la oscuridad, toquetear al miedo o lamer la soledad. Poético, se nota que cada palabra ha sido elegida y colocada estratégicamente, cuidando tanto las frases y las imágenes como los seres que la habitan. Mi preferido: “Lugares buenos”, los he podido oler y acariciar. ¡Ay!, esos lugares buenos... |