¿Sabéis esa historia que cuando la acabas te deja con ganas de quedarte ahí y seguir viviendo con ellos? Pues así es Candela, donde no pasa nada pero pasa de todo. ¿Quién no tiene, debajo de su casa o en el trabajo, el típico bar de barrio en el que conocen a todo el mundo y lo regentan de toda la vida? Pues a mí me hubiese gustado quedarme allí a ver como continúan sus vidas... Encasillada como costumbrista, creo que el autor ha conseguido sumergirte totalmente en la cotidianidad de la vida de Candela. Escrita con mucho sarcasmo y humor, pero que también contiene momentos entrañables y duros, Candela nos cuenta su día a día entre lo personal y lo profesional, ligeramente unidos, y como pequeños encontronazos pueden cambiar el rumbo de nuestra vida. |