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La versión corta de mi reseña es que me encantó este libro, que estoy convencida de que en el futuro le daré muchas más lecturas y que cada una la disfrutaré de formas diferentes a la primera vez. La versión más larga es que estoy encantada con el libro por varios motivos. Para empezar, hay muchísimas historias de fantasía que no intentan ser novedosas ni originales, sino que adoptan muchos conceptos de las más famosas, como El Señor de los Anillos. En El Castillo Ambulante, en cambio, la originalidad está en coger elementos de toda la fantasía y mezclarlos con cosas totalmente nuevas, y eso es algo que me gustó un montón. Además, me fascina la cantidad de capas que tiene la novela: estoy segura de que es de estas que te dicen cosas nuevas cada vez que la lees. Y me gustó también que da pie a múltiples interpretaciones muy personales. Yo veo un fuerte rechazo al ideal de modelo familiar capitalista, para empezar porque Sophie solo se atrevió a perseguir sus propios deseos cuando la convirtieron en anciana, lo cual hizo que dejara atrás la capacidad de ser productiva económicamente, y por tanto, útil según el capitalismo. Además, Howl rechaza el ideal familiar hegemónico, así como ciertos roles de género. Juntos en su castillo forman, junto con los demás personajes, un grupo muy diverso que responde al tropo de "found family". Por añadidura, el desarrollo de los personajes es muy sutil, y por tanto muy natural. Sophie comienza siendo una mujer más bien moderna: atrapada en su propia falta de autoestima, ligada a su familia... Howl, por otra parte, es más postmoderno: le asusta el compromiso, no tiene un hogar fijo y estable... y de cara al final se ve que, a pesar de sus diferencias, han aprendido a encajar. Hay muchas más cosas interesantes que comentar, pero no sin desvelar una enorme parte del argumento. Por tanto, lo único que añadiré es que recomiendo encarecidamente ver la película antes que el libro: a mí me hizo disfrutar de la historia mucho más, a pesar de ser muy diferentes. |
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