Hasta mitad del libro me enganchó e iba para las 5 estrellas, y, aunque está al nivel de Harry Quebert, le da demasiadas vueltas a todo y se hace muy repetitiva. A todo, hasta a nimiedades que podrían haberse resuelto antes o en menos páginas; como siempre, le sobran 200. La trama es buena, los giros son continuos, inquietantes, crees una cosa y luego es otra y sorprende. Los personajes están bien perfilados, ocurren cosas continuamente, tantas, que aún estás asimilando la anterior y hay un nuevo detalle en la investigación, en este caso del asesinato de Alaska en 1999. Estamos acostumbrados a que ocurra esto en las novelas del autor, a ir del pasado al presente a través de una narrativa sencilla y ágil, pero, al menos en esta novela, a mí me ha cansado. La recomiendo, parece que Dicker ha vuelto tras el fiasco que supuso la anterior y en eso ha ayudado el regreso de Goldman, así que veremos con qué nos sorprende en el futuro. |