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Han pasado años desde que leí mi último libro de Grisham. El tiempo de matar, La firma, El informe Pelicano, El cliente... Paré después de El testamento y hasta la semana pasada no volví a pensar en sus libros. Para mi su última novela traducida al castellano, Los Guardianes es la vuelta a un territorio conocido. Los Guardianes, como sus mejores hitos es una novela legal, un thriller que sin duda ninguna será llevado a la pantalla grande. El caso de este autor, un poco como pasa con Thomas Harris, no lo compone una narración complicada o ambiciosa. El estilo es simple y directo, pero eso se debe a que la trama no necesita nada más. No hablamos de ningún tipo de experimento narrativo, sino de una historia que estremece. Como en muchas de sus otras novelas esta también está inspirada en hechos reales. de hecho, antes de saberlo, todavía lo estaba leyendo con la sensación de tener entre mis manos un libro de true crime. Y aunque el autor no ha ido tan lejos y ficcionalizó gran parte de la historia, lo que nos relata le pasó a muchas personas, demasiadas. Cullen Post dedica su vida a una pequeña organización sin animo de lucro, el Ministerio de los Guardianes. A diario lucha por la justicia para exonerar de la culpa a gente condenada injustamente a la pena de muerte o a pasar el resto de sus vidas en la cárcel. Junto con sus dos compañeras de Los Guardianes consiguió liberar ocho personas, pero hay muchas más y no siempre llegan a una victoria. La narración en primera persona nos permite ver el proceso desde dentro. La investigación, la reunión de las nuevas pruebas, la lucha judicial, el papeleo y... el peligro por parte de los malos. Por cada persona encarcelada injustamente hay un asesino (o más) libre. En Los Guardianes, Post lleva varios casos a la vez, pero el que toma el protagonismo es el de Quincy Miller, un hombre condenado a cadena perpetua por el asesinato de su ex-abogado. Quincy es inocente y lleva en la cárcel 22 años. Su juicio no solo fue injusto, si no que estuvo lleno de mentiras y manipulaciones. Post se enfrenta a un viejo asunto que no interesa a nadie, ni al sistema ineficaz, perose enfrenta también a gente muy influyente y peligrosa que no quiere que escarbe más en lo que pasó. Si tuviera que quejarme de una cosa en el libro, sería de los intentos hacía el final de la novela por enseñar la parte más “corriente” de Post. En las últimas 150 páginas el autor intenta transmitirnos que Cullen tiene interés por varias mujeres, que aunque su estilo de vida no le permite mantener una relación, él siente la tentación. Son dos o tres menciones bastante sutiles que, imagino, intentan hacerlo más “humano” y menos “santo” a nuestros ojos, pero creo que, al no ser explorados más, no eran necesarios. Pero tampoco estorban mucho. En resumen, es una típica novela de Grisham. Un tipo de testimonio contra lo que está mal con el sistema judicial en los Estado Unidos, una gran investigación por parte de un personaje noble. Una lectura placentera, aunque sobre un tema de lo más serio y desagradable. Estoy esperando que hagan una película basada en el libro. Enlace: https://donostiabookclub.blo.. |
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