Con una gran carga dramática, nos adentramos en las vidas de una familia rota por la desaparición de Ellie. Diez años más tarde, descubren sus restos y Laurel, la madre, en un principio puede descansad. Pero Floyd y Poppy entran en su vida para ponerla patas arriba… revelaciones duras, muy duras, una trama y unos personajes repletos de sombras y secretos; este libro, más drama familiar que thriller, que alterna la tercera persona con la segunda y la primera, con capítulos cortos, algunos muy muy cortos, que se lee del tirón, con facilidad y agilidad, es adicción pura desde la página 1 hasta el final. Me ha encantado.
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