El dia en que prendimos el fuego

Muchas veces he escuchado decir a los autores que suelo leer y con los que suelo coincidir en cualquier evento literario al que puedo acudir que tienen alguna que otra manía. Hoy, a falta de escasamente cuatro días para la Navidad, os confieso que yo también tengo una manía que no sé porque hasta el año pasado lo hacía. Me explico. Hoy vuelvo a reseñar una novela de Javier Lacomba Tamarit, un autor al que admiro mucho y que se está haciendo un hueco en mi cada vez más extensa lista de referentes literarios. Y me diréis que en dónde se encuentra la manía. Mi respuesta se encuentra en que en los dos años anteriores hacía coincidir la lectura de "El cuarto disparo" y de "La terrible música de los cristales rotos" con el día del sorteo de la lotería de Navidad hasta ahora que quise romper con mi "manía cuasi navideña" de leer a Javier mientras que los niños de San Ildefonso cantan los números del sorteo y los premios. 

 

Vayamos al tema que nos ocupa en el día de hoy. "El día en que prendimos el fuego", la tercera novela de Javier Lacomba Tamarit, supone la vuelta de algunos de los personajes que aparecieron por primera vez en "El cuarto disparo" y la aparición de otros nuevos.  En la novela escrita en tono de utopía puesto que nos pone en relieve algunos hechos históricos que afectaron, de alguna manera u otra, a los Estados Unidos pero que en la novela tiene otro desenlace como por ejemplo el atentado que sufrió el presidente Kennedy, en la novela el presidente americano sobrevive cuando todo el mundo conoce que en realidad falleció en el acto, al mismo tiempo, Nixon en la novela es reelegido para un segundo mandato y los tripulantes del Apolo 11 que tenían como destino llegar a la luna fallecen debido a un accidente en el cohete, accidente que será investigado hasta las últimas consecuencias por dos periodistas. 

 

Por otra parte, el lector que le de una oportunidad a "El día en que prendimos el fuego", novela editada por Ediciones Babylon, se topará cara a cara con Betty Glass, en el pasado fue una espía muy importante, que deberá tomar un camino: seguir fiel a todo un país tan grande e importante como son los Estados Unidos de América o, por el contrario, buscar la manera por la cual salvar a su hija Annie de la encrucijada en la que se encuentra la propia Annie mientras que sigue confiando en que su hijo Peter aparezca de donde quiera que se encuentre. Y por si esto fuera poco, el lector también será un testigo privilegiado de una serie de asesinatos rituales que se reparten por todo el suelo americano dificultando, de alguna manera, el trabajo policial de Angel Chapelle, el agente encargado de la investigación de todas estas muertes perpetradas en las casas de gente famosa como el lector podrá comprobar cuando lea la novela. 

 

"El día en que prendimos el fuego" es una novela que no deja respiro al lector capaz de mantenerle en vilo y sin ganas de irse a dormir puesto que, a medida que va leyendo, el lector notará que el veneno de la trama de la novela va entrando hasta lo más profundo de uno mismo. Es una novela, desde mi punto de vista, no apta para cardiacos por la tensión a la que están sujetos cada personaje de la novela, una de las mejores novelas de espionaje que he leído nunca. 

 

Muchas veces he dicho que hay autores que hacen magia con las palabras y Javier Lacomba Tamarit es uno de estos magos de las palabras. Gracias, Javier, por escribir y por hacernos disfrutar a los lectores con tus novelas. Después de leer "El cuarto disparo", "La terrible música de los cristales rotos" y "El día en que prendimos el fuego" (tres auténticas joyas literarias que recomiendo leer), ya estoy ansioso de la cuarta novela con la que, sin lugar a dudas, Javier nos volverá a deslumbrar tanto a los lectores que le llevamos siguiendo desde el principio (entre los que tengo la suerte de encontrarme) como a los lectores que se han ido sumando al "Team Lacomba".