La jaula dorada

-Tú también estás dentro... en la Jaula.

¿Como se podía luchar contra eso? ¿Cómo era posible vencer a unas personas que tenían aquel poder? Personas, no. Monstruos.

-Hay que....odiarlos. Para vencerlos.
-No los odio lo bastante como para matar a unos niños.
-Entonces no los odias...lo bastante.

Tú tambien estás dentro...en la Jaula.

-Quizás podría decirse que la Destreza lo que nos separa- dijo, señalándose a sí mismo y a Zelston- de ellos.- Y apuntó hacia la ventana, al otro lado de la cual había dos esclavos jardineros quejándose de los gorgojos del manzano-. Pero díganme una cosa, ¿Cuándo fue la última vez que utilizó su Destreza, más allá de curar un corte de esos que uno se hace con el papel al abrir una carta, o ejercer un poco de persuasión en cuestiones políticas? ¿Cuándo fue la última vez que empleó la Destreza para hacer algo de verdad?

Ya sabes lo que dicen: si haces tu decenio de esclavitud demasiado pronto, jamás lo superarás; si lo haces demasiado tarde, jamás lo acabarás.