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Se trata del libro con el que Anne Jacobs cierra la trilogía La Mansión, en el que nuevamente nos encontraremos con secretos e intrigas que harán que nos enganchemos desde el principio. Parece ser que por más que lo desee Franziska la vida no le da tregua, cuando creía que por fin había alcanzado la tranquilidad junto a Walter y había conseguido disfrutar junto con su familia de la Mansión Dranitz, nuevos descubrimientos hacen que el fantasma de su hermana vuelva a aparecer en su mente para no dejarla disfrutar de los años que le quedan. ¿Por qué el pasado no les deja ser felices? ¿Cuándo podrán por fin disfrutar de esa vida tranquila que tanto anhela? El anterior libro no terminó de convencerme, me resultó bastante denso y lento, pero creo que fue más porque iba con unas grandes expectativas que hicieron que me supiera a poco. Es por ello que este lo he cogido con pocas expectativas y con muchas ganas, y creo que es lo mejor que he podido hacer, ya que mi percepción ha sido muy distinta a la que tuve con la segunda parte. Esta conclusión me ha maravillado, la escritora ha conseguido en esta ocasión que me sumerja en la historia y me envuelva con su trama desde un principio. La pluma de Anne es perfecta, muy bien documentada y ambientada, creando una historia perfectamente estructurada y un lenguaje sencillo consiguiendo un libro rápido de leer a pesar de sus 500 páginas. Una de las cosas que me ha seguido gustando es que los capítulos estén contados desde el punto de vista de los distintos personajes, consiguiendo así que en todo momento podamos conocer que sienten y que piensan todos los personajes. Desde luego tengo que reconocer que es mejor no ir con las expectativas altas respecto a una novela ya que puede influir negativamente en su percepción. Si os gustan las novelas con saltos de tiempo, con secretos, descubrimientos y rencillas familiares estoy segura de que este libro os va a encantar, pero os recomiendo que para poder seguir mejor la historia comencéis por el principio. |
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