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Aviso: esta reseña contiene spoilers de la primera parte. Pip ha conseguido resolver el caso de las muertes sucedidas en su pueblo y ha decidido volver a su vida normal hasta que la desaparición del hermano de su mejor amigo lo cambia todo. Decidida a descubrir lo que ha pasado y a encontrarlo con vida, Pip volverá a poner su vida en riesgo. Esta segunda parte inicia poco después de acabado el primer libro con lo que vemos las consecuencias que ha tenido todo para nuestra protagonista, con una familia preocupada por su estabilidad y gente que desconfía de ella. He de reconocer que esta trama no me enganchó tanto como el primer libro, en parte porque el otro era la novedad y ya me podía ver venir algunos giros de la historia. Sin embargo, parte del final es totalmente inesperando mostrando la cara B de personajes que creíamos conocer. La narración mantiene ese ritmo entre tensión y pausas que hacen que la lectura se pase en un suspiro aunque esta vez añade la situación psicológica de la propia Pip tras lo vivido y cómo la perciben ahora sus amistades, vecinos/as y demás, llegando a acusarla de buscar fama. Vemos cómo todo lo que vive le pasa factura a Pip, entrando en una espiral de actos impulsivos y asumiendo muchos riesgos pero resolviendo tramas del libro anterior En conjunto es una buena segunda parte, que deja la puerta abierta a la posibilidad de una tercera pero que debe tirar de cosas más complejas para volver a sorprender. Colibrí. |
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