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Aquella chica pelirroja cuenta la historia de Alessa, una chica que, después de que su madre la pillara intentando suicidarse, es internada en Camden Hall, una clínica de rehabilitación para ricos. En él se encuentran un grupo reducido de chicos con diversas enfermedades mentales; agorafobia, bulimia, alcoholismo, entre otros. La primera noche, y dado que Alessa no quiere estar en ese lugar, intenta escapar trepando un muro, mientras uno de sus compañeros no le quita el ojo de encima. Sin embargo, es muy alto y no puede, así que le pide ayuda al chico y este se niega. Frustrada, vuelve a su habitación. Lo que ella no sabe es que ese chico es Jake Harris, uno de los cantantes más famosos de Londres, y que gracias a los grupos de música que les gustan a ambos comenzarán a hablar más a menudo de lo que ella piensa. Lo que más me ha gustado ha sido lo bien que se trata la salud mental y la manera tan respetuosa en la que se habla de ella. Además de esa relación de hermanos que tiene Jake hacia Alessa, ya que él quiere protegerla de todo y todos. Los capítulos son muy adictivos. Una vez comienzas a leer es imposible dejar de leer. No solo por saber qué será lo siguiente que haga Alessa, sino por querer seguir descubriendo más sobre sus compañeros. El final me ha gustado mucho. Es uno muy acorde a esta historia. Sin embargo, me alegra saber que el 20 de septiembre sale la segunda parte, Aquel chico folk, en la que podremos disfrutar aún más de los personajes. En resumen, Aquella chica pelirroja es una historia con un mensaje muy importante en la sociedad actual. Donde la música está muy presente. Llena de miedos e inseguridades, pero también de amistad, amor y salir de la zona de confort. Con un final perfecto para esta primera parte de la bilogía. |
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