Seremos el huracán

Hacia muchos años que no tenía entre mis manos un libro de Serilia. La saga de Marabilia es lo único que he leído de ellas y en su momento me entretuvo. Y ya está. Todos sus libros me parecieron que tenían buenas bases, pero no acababan de ser del todo redondos, notaba que querían meter tantas cosas y personajes que al final no se centraban en nada. Tan solo dos me parecieron bastante buenos (y uno de ellos fue el último, y me parece que se lo cargaron el justo en las últimas páginas). A parte del libro que nos ocupa tengo interés en leer otros de estas autoras, así que no creo que esta sea la última vez que me vea las caras con ellas.

La compañía Emerald Records es una de las mayores empresas del mundo musical, y en su cantera cuenta con algunos de los artistas más importantes del momento. Ahora está buscando el próximo éxito juvenil en una Boyband, y entre sus candidatos se encuentran los WIZARD, una banda recién formada por cuatro chicos que hasta ese momento no se conocían de nada. Cada uno de sus integrantes tiene sus motivos para emprender esta aventura. Y no todos son lo que parecen… Theo Gale murió antes de que tuviera la oportunidad de entrar en el grupo, y su hermana Dorothy decide ocupar su puesto y hacerse pasar por él, con el fin de que consiga ser recordado por todos y lograr póstumamente su sueño de triunfar en el mundo musical. Así que se encontrará haciéndose pasar por chico mientras está encerrada en un apartamento y trabajando 24 horas junto a un actor de cine que quiere empezar a dirigir su carrera, un cantante trans con ansiedad y un actor de musicales obsesionado por controlarlo todo.

La verdad es que mientras escribo esta reseña sigo teniendo el mismo problema que tuve cuando me acabe el libro: las estrellas que le voy a dar de puntuación. Dudo entre las dos y las tres estrellas. Esta es una de las veces en las que más lamento que Goodreads solo deje poner puntuaciones redondas, cosa que en el caso de Babelio si dejan. Porque para mi “Seremos el Huracán” es un 2,5 clavado. No suspende, pero tampoco me parece que sea para ponerle un tres justo.

Esta novela se inspira de forma bastante libre en “ El Mago de Oz”, el emblemático y conocido libro infantil de L. Frank Baum, célebremente adaptado al cine en 1939 en una de esas películas que la mayoría hemos visto alguna vez en nuestras vidas. Tanto en el libro, como en la película el tema del hogar y la amistad están fuertemente tratados, y “Seremos el Huracán” está fuertemente en deuda con estas obras, aunque se tome muchas libertades; tenga un tono totalmente diferente y un argumento más moderno; y, más que inspirarse, se limite a beber de ciertos elementos y personajes del trabajo de Baum.

Mentiría si dijera que no me he enganchado a esta lectura, que no me ha parecido ligera y fácil. Ha tenido cosas que he agradecido bastante. Lo que más me ha gustado ha sido el tema que en el fondo trata, sobre qué es el hogar para cada uno y como a veces este no es tanto un lugar como estar entre gente que te acepta tal y como eres y que te quiere y apoya. Me parece una lección preciosa y muy significativa, y muy refrescante respecto a otras novelas juveniles que se centran más en lo romántico y en la amistad, temas que, por supuesto, aquí también son esenciales. Pero no lo son todo, como acabo de mencionar. Dottie, Val, Leo y Raven tienen sus propios pasados, personalidades e intereses, y todo esto es lo que acaba de dar forma a la historia. Me ha gustado la forma en que la trama se divide entre los cuatro, y como cada uno de ellos tenia partes en las que contaban las cosas desde su punto de visto. Esto favorecía a que todos tengan el mismo peso en la misma y que ninguno de los personajes quede opacado por los demás. En ese sentido me parece que todo está muy bien equilibrado, y hay que aplaudir a las autoras por ello, además de por conseguir que cada uno de los cuatro integrantes tenga un arco evolutivo bastante orgánico, al menos, medianamente bien llevado. Y también valoro que las dinámicas y relaciones de todos con todos estén mínimamente trabajadas y no se centren solo en las relaciones amorosas que se forjan entre los miembros del grupo. Pero en eso nos centraremos más abajo.

Como no podía ser de otro modo, de la mano de Serilia nos metemos de lleno en el mundo de la música y los grupos juveniles, en el cual no todo es lo que parece y hay sombras oscuras debajo de la luz de los focos y del éxito, y todo se consigue no solo con sudor y lagrimas. Desde luego la novela es muy, muy salseante. Y esto ha hecho muy divertida esta lectura. A veces, mientras leía, tenía la sensación que estaba leyendo un fanfic sobre alguna K-pop o Boyband. Reconozco que no estoy muy metida en ese tipo de música y en todo lo que se ha formado a su alrededor, pero aún así he disfrutado mucho leyendo. de ahí que una de las cosas que más me hayan divertido haya sido cuando aparecían en la trama reportajes periodísticos, mensajes de texto y correo o post de Instagram o Twitter con fotos y comentarios tanto de fans y Haters de los WIZARDS. Todo muy millenial, con el tono y lenguaje que se estila en esas redes. Me lo pasaba muy bien leyendo eso, y si por mí hubiera sido hubiera metido un poquito más de estos post, ya que creo que aportaban mucha frescura y agilidad a la lectura. Era divertido pillar ahí muchas referencias ya no solo al “Mago de Oz” también a otro de los anteriores trabajos de las autoras “Anne sin Filtros” (que no me he leído).

Como en el resto de las obras del duo, en muchos de sus personajes encontramos representación queer. Aunque cada vez hay más tipo de personajes no binarios o normativos en la literatura actual para mi es muy importante que se sigan representando en la ficción a personajes trans, gays o bisexuales. La ficción importa, porque mucha gente ha encontrado en personajes que no existen referentes y es una forma muy potente de conciencia sobre la realidad. Quiero aclarar esto por si acaso se toma por lo que no es ni siguientes palabras. Y es que en mi opinión, Iría y Selene se esfuerzan tanto en hacer de este libro un lugar seguro para todo el mundo, que creo que en no pocas ocasiones se pierde el foco en lo que es la propia trama de la historia. Fue exactamente lo mismo que me paso con la saga de Marabilia. Siento que las autoras esfuerzan tanto en enseñarnos los sentimientos de los personajes, en incidir en sus metas y reiterar el por qué actúan muchas veces como lo hacen. Tanto que terminan por dedicar demasiado tiempo a reiterar todo lo que ya se sabe y a centrarse en detalles que quizás no son tan importantes para ese “todo” que es el libro. Todo eso hace que la lectura se vuelva un tanto densa y aburrida en muchos momentos, y que haya partes en que uno siente que está leyendo sobre un camino que no lleva a ninguna parte, porque se incide en algo que ya se conoce de sobra. Es cierto que se nota que las autoras están muy interesadas en desarrollar lo que son las relaciones amorosas entre los integrantes del cuarteto, y en trabajar los miedos internos de sus protagonistas. Así pueden demostrar a los lectores como es el camino hacia su superación, como se puede salir del duelo, la ansiedad, las enfermedades familiares o las ideas que el resto del mundo proyectan sobre nosotros y no se ajustan a la realidad. Y, por supuesto, las relaciones sentimentales son de lo más adorables y shipeables.

Y no digo que eso esté mal, pero para mí hay muchas cosas que le faltan a la novela, como el que no se haya trabajado más todo lo relacionado con el mundo musical, la rivalidad con el grupo Flying Monkeys (en serio, me parece un desperdicio que aparte del cantante principal, el resto de sus integrantes sean totalmente prescindibles), o la relación entre la representante del grupo principal, Linda, con la de los Flying Monkeys. Esa última historia para mí está metida con calzador, y no tiene mucho sentido en la trama, aparte de meter un poco de salseo extra, que para mí era totalmente prescindible. Y es que, el gran problema que tenido es que para mí la resolución de todos los problemas de los WIZARDS es tan abrupta como previsible. Y muy providencial además. Nunca he sentido preocupación por ellos más allá de todo el drama que meten en la historia de una forma muy gratuita. Siento que si hubieran tratado con más profundidad esos aspectos el libro había sido más redondo. Por otro lado, también me da la impresión de que quieren manejar tantos temas de otra naturaleza (el amor y la amistad, la exposición mediática, la ansiedad, la transexualidad, el duelo, el ser uno mismo pese a todo) que al final no acaban enfocándose del todo en ninguno. de hecho, si quitamos todo lo romántico, la trama se queda en muy poquita cosa. Básicamente en como Dorothy trata de superar su duelo por su hermano, y poco más. de ahí que haya sentido que los personajes se me habían quedado, muchas veces un tanto planos, en muchos momentos me ha faltado que estén más y mejor desarrollados.

En fin, para terminar diré que lo que más he disfrutado de esta novela es su enseñanza de qué lugar está donde uno puede ser uno mismo, y que eso es siempre lo más importante. Y que mi bias es Val, mi bias wrecker es Raven, y Leo es mi debilidad absoluta (si, a mi Gale-Dottie me ha resultado el personaje más insulso e indiferente de toda la novela). Y que me ha encantado leer escuchando de fondo la playlist que las autoras proponen. Un puntazo me ha parecido que haya canciones de la banda sonora del musical “Wicked”, el cual adoro infinitamente. Pero tengo que reconocer que mientras leía solo tenía en mente diferentes canciones de los BackStreet Boys. Que se note que grupo marcó a una cuando era niña.