Imperio

Nos encontramos en un futuro distópico en el que todo gira en torno a una red social conocida como Pandora que vendría a ser algo parecido al concepto actual de YouTube. Cada año el edificio Imperio abre sus puertas para que 30 concursantes compitan en diversas pruebas con el objetivo de convertirse en Imperiales. Solo la o el ganador podrá convertirse en Imperial y, por tanto, gozar de una posición de poder y fama eternas junto a la gobernanta, Sadie Craft. Los iconos que participan en el concurso son grabados y expuestos las 24 horas del día. Estos deberán superar diversas pruebas pero, sobre todo, deben ganarse la atención de los testigos, pues estos últimos son los que deciden quién se queda en el edificio, y quienes deben ser eliminados. Para conseguir sus objetivos, los iconos irán haciendo alianzas y grupos entre ellos, pero también habrá traiciones y juegos sucios. En este “juego” no hay reglas y, por tanto, cada icono deberá buscarse sus estrategias para ir ascendiendo pisos en el edificio y evitar así ser eliminado.

La voz narrativa la sostienen diversos personajes, por lo que podemos meternos en la cabeza de cada uno de ellos y entender mejor sus sentimientos y pensamientos. Es esta una lectura frenética de esas que no te permiten soltar el libro. Cada vez que acababa un capítulo, sentía la necesidad de seguir leyendo. Los capítulos son cortos, pero en todos ellos pasan cosas interesantes e importantes para la trama. Sus más de 600 páginas se me pasaron volando porque no me aburrí en ningún momento, cosa que valoro enormemente en un libro.

Los personajes están bien definidos y tienen personalidades muy interesantes. En su mayoría, son adolescentes o adultos jóvenes, y cada uno de ellos tiene algo que aportar y una historia para hacernos reflexionar. Me he encariñado con algunos de ellos así como he odiado a muerte a otros tantos. Además, al ser esto un juego de estrategia, nunca podemos llegar a vislumbrar completamente lo que cada personaje trama en su mente, lo que le aporta un punto de intriga a toda la trama.

Los temas que trata esta obra son diversos. El más importante, sin duda, es una crítica a las redes sociales. Se nos muestra como deshumanizamos a los influencers que seguimos y como estamos constantemente sedientos de drama, aun cuando ese drama daña a personas de carne y hueso con sentimientos reales como cualquiera de nosotros. También critica la forma en la que idealizamos a personas famosas hasta casi rendirles culto. Se nos plantean preguntas tales como ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir la fama? ¿Cuál debería ser en realidad el papel de un youtuber o un influencer famoso?, pero también preguntas del tipo: ¿Por qué cuando vemos algo horrible muchas veces no nos transmite el sentimiento de horror que deberíamos sentir? ¿Es verdad que la sobreexposición constante a las noticias alrededor del mundo nos ha hecho insensibles a las desgracias de los demás?, etc. Además, me encanta que también se toquen otros temas como la venganza, las falsas apariencias, los niños que nacen siendo estrellas, los límites de la violencia justificada, etc.

Este libro me ha hecho sentir de todo: desde amor hasta odio, desde felicidad hasta angustia. Hay bastantes giros de trama que no me esperaba, y esto es siempre un punto a favor. Es uno de los mejores libros que he leído este año y que me ha hecho replantearme muchas cosas. Sí, el libro también te hace sufrir en algunas partes, pero esto es algo que también me gusta: que un libro te haga sentir todo tipo de emociones hasta tal punto que te sientas uno más dentro de la propia historia.