Historia de los perdedores: De los neandertales a las víctimas de la globalización

La novela histórica además de disfrutarla, nos acerca a personajes, hechos o relatos históricos que muchas veces desconocemos. Los ensayos sobre historia no son tan entretenidos como una novela, pero pueden llegar a ser igual de interesantes y nos ayudan a descubrir, reflexionar y recapacitar sobre circunstancias históricas que muchas veces las damos por sentadas por el simple hecho de ser la versión oficial que nos ha llegado.

Perdedores de la historia de Luis Iñigo Fernández pretende dar una visión de ciertos personajes o grupos entretenida a la vez que rigurosa. Como rezaba aquella famosa frase de George Orwell “la historia la escriben los vencedores” y en cierto modo se tienda a olvidar a los que fueron vencidos o negarles el lugar en la historia que se merecen relegándoles a una visión diferente de lo que ocurrió u otorgándoles una propaganda negativa. Un historiador debe ser riguroso y no plegarse a la subjetividad o a las corrientes partidarias del momento.

Por las páginas de este libro campan Neandertales, esclavos romanos, templarios, cátaros, brujas, nativos americanos, obreros, mujeres, ancianos e incluso hasta algún que otro rey como Carlos V. Muchos olvidados por las fuentes, otros maquilados y con una visión actual que no aguanta una revisión bien estudiada y objetiva llegado el caso.

Un libro para descubrir auténticos tesoros históricos en forma de curiosidades, para reconocer a ciertos personajes de la historia, darles el lugar que se merecen y creo que los más importante hacernos pensar, reflexionar y comprender que no podemos aceptar la primera versión que nos ofrecen, puesto que tenemos que alimentar el gusanillo del conocimiento y esto solo es posible si buceamos en diversas fuentes, contrastamos datos y nos hacemos nuestra propia idea sin que intervengas factores subjetivos.

A medio camino entre la narrativa y el ensayo, Historia de los perdedores despierta la curiosidad del lector, hace cierta justicia poética con un estilo directo, ameno, aunque sin escatimar en detalles y datos, pero con algo fundamental disfrutando del placer de aprender y descubrir pasajes ocultos de la historia.