Óleo sobre tabla 24x32: De eso no se habla

Descripción
Descripción del producto
Por las tardes, Anabel, la protagonista de esta historia, una niña de once años que vive en un internado en un pueblo de montaña, escuchaba gritos sordos del otro lado del camino.
Todo el pueblo, las monjas, sus compañeras lo oían "De eso no se habla decían", pero a la niña le dolía el alma, ella no era como los demás, era curiosa, rebelde, el dolor le atravesaba su corazón y una noche triste decidió descubrir que se hallaba en sus profundidades.
Después de un duro peregrinaje penetrará en los infiernos.
Descubrirá unos cuadros antiguos, pero uno estará manchado de sangre "Los monos pintores".
Recorrerá los pasadizos secretos de la casona y al abrir un portón de madera quebrada, el cuadro se hará realidad, pero con una diferencia, los monos pintan encadenados, con signos de ser torturados y con ellos Eliot, un niño rubio como el sol que convive como un primate más.
Anabel luchará por salvarlos de su carcelera Doña Isabel de las Nieves dueña de todo lo que se levantaba en el pueblo y de la Mole siniestra, la mano ejecutora de sus crímenes.
El poder, el dinero, el miedo, las traiciones nos llevarán a desencadenar el drama de los protagonistas que durante años, el miedo los atenazó y Anabel descubrirá en los umbrales de la muerte, junto con los seres que como ella llegarán a la verdad.
Un pueblo de montaña a las afueras de la ciudad, son el telón de fondo de todo un panorama social de una época, que conocemos a través de los ojos de los protagonistas que luchan por salir de las garras del horror de un pueblo entero que por miedo, prefirió mirar para otro lado.
En la sociedad de hoy también decimos De eso no se habla ignorando los crímenes que todos los días se cometen a nuestro alrededor. Pero siempre encontraremos una Anabel, una Teresa, una María por llegar a la justicia y la verdad.

Reseña del editor

Por las tardes, Anabel, la protagonista de esta historia, una niña de once años que vive en un internado en un pueblo de montaña, escuchaba gritos sordos del otro lado del camino.
Todo el pueblo, las monjas, sus compañeras lo oían "De eso no se habla decían", pero a la niña le dolía el alma, ella no era como los demás, era curiosa, rebelde, el dolor le atravesaba su corazón y una noche triste decidió descubrir que se hallaba en sus profundidades.
Después de un duro peregrinaje penetrará en los infiernos.
Descubrirá unos cuadros antiguos, pero uno estará manchado de sangre "Los monos pintores".
Recorrerá los pasadizos secretos de la casona y al abrir un portón de madera quebrada, el cuadro se hará realidad, pero con una diferencia, los monos pintan encadenados, con signos de ser torturados y con ellos Eliot, un niño rubio como el sol que convive como un primate más.
Anabel luchará por salvarlos de su carcelera Doña Isabel de las Nieves dueña de todo lo que se levantaba en el pueblo y de la Mole siniestra, la mano ejecutora de sus crímenes.
El poder, el dinero, el miedo, las traiciones nos llevarán a desencadenar el drama de los protagonistas que durante años, el miedo los atenazó y Anabel descubrirá en los umbrales de la muerte, junto con los seres que como ella llegarán a la verdad.
Un pueblo de montaña a las afueras de la ciudad, son el telón de fondo de todo un panorama social de una época, que conocemos a través de los ojos de los protagonistas que luchan por salir de las garras del horror de un pueblo entero que por miedo, prefirió mirar para otro lado.
En la sociedad de hoy también decimos De eso no se habla ignorando los crímenes que todos los días se cometen a nuestro alrededor. Pero siempre encontraremos una Anabel, una Teresa, una María por llegar a la justicia y la verdad.

Identidad y estética literaria diferente......