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«Casa de muñecas» es una obra de teatro breve, únicamente 175 páginas, en las que se desarrolla la historia de Nora Helmer, una muñequita con la que juegan primero su padre y luego su marido. La usan para entretenerse, divertirse, y ella fomenta esto comportándose de forma infantil y caprichosa. Aparentemente, es un personaje frívolo, solo pendiente del dinero, de lo bonita que pueda lucir y de las apariencias. Su esposo, Torvald, es feliz mostrándola en sociedad y se suele referir a ella como «alondra» o «ardillita», remarcando así el hecho de que parece que la tiene como mascota. Krogstad es el personaje que rompe con esa aparente felicidad y obliga a Nora a afrontar su realidad, mucho más dura de lo que ella misma es capaz de admitir. Con ello, Nora se rebela y toma una decisión inconcebible para una mujer de su época. Con diálogos cortos y ágiles, se consigue la empatía del lector/autor y que éste se sumerja en la crítica feroz que se refleja en «Casa de muñecas». Hay que tener en cuenta el contexto social y cultural en que fue concebida esta obra, siendo completamente entendible por ello el enorme escándalo que supuso su estreno y que Nora se convirtiese en una especie de heroína para las feministas. Una lectura muy recomendable, aunque hay situaciones que te revuelven las tripas por lo injustas y humillantes para la mujer. |
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