El principio es algo lento y no terminaba de engancharme, pero llegado un determinado momento ya no pude soltarlo. Me ha gustado muchísimo y es, hasta la fecha, la novela negra en la que peor lo he pasado. ¿Esas subtramas y ese giro final? Con la boca abierta me he quedado. El autor me ha transportado de tal manera a la costa vasca que he sentido el frío, la lluvia e incluso a veces me parecía oír a las gaviotas. Brutal la ambientación. Adoro a la suboficial Cestero y a su maravillosa unidad, así que estoy deseando saber cuál será su siguiente investigación.
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