El ladrón de rostros es la tercera entrega de la seria que tiene como protagonista a Ane Cestero y su equipo. Después de leer las dos primeras novelas, estaba deseando reencontrarme con ellos. Una historia muy bien escrita con un argumento original, que te atrapa enseguida y que no te suelta. La devoré en pocos días y no se me hizo larga en absoluto, a pesar de sus más de 450 páginas. El cadáver de una mujer a la que le han abierto el torso y lo han vaciado, aparece en una pequeña ermita excavada en la roca. Parece que la mujer estaba realizando un antiguo rito de fertilidad. Ane Cestero y la Unidad de Homicidios de Impacto se trasladan al lugar del suceso y empieza una investigación que los llevará a descubrir más asesinatos con el mismo ritual. Deberán librar una carrera contra reloj para atrapar al asesino antes de que vuelva a matar. Una trama espeluznante que te lleva de la mano de los protagonistas a intentar adivinar quién puede ser el asesino, pero que te confunde con las pistas que se van descubriendo y los giros que da la historia. No pude descifrar el enigma hasta que al autor le dio la gana, eso sí, me lo pasé muy bien con la lectura y el misterio. Si eres amante y/o simpatizante del género, no te la puedes perder. ¡Feliz lectura! |