El ladrón de rostros

Tercera entrega de lo que a día de hoy son tres libros sobre la inspectora Ane Cestero. Como ya es costumbre, nos trasladaremos hasta un precioso pueblo Vasco el cual Ibón describe a la perfección sacando toda la esencia al paisaje de la zona. El pueblo de esta novela es Sandaili. En Sandaili, existe un antiguo ritual para llamar a la fertilidad donde será encontrado el cadáver de una mujer que ha sido brutalmente asesinada y en una puesta en escena que no dejará indiferente a nadie.
A resolver este caso serán llamados los miembros de la UHI de la que Ane forma parte. Tras este brutal asesinato anda detrás un peligroso y despiadado asesino que no pondrá las cosas nada fáciles a nuestro equipo.
La novela transcurre entre dos narradores uno en tercera persona y el otro narrado en primera y que será la voz de nuestro asesino en diferentes tiempos.
Esta narración y las diferentes pistas que “a priori” el escritor nos va dejando, te llevarán hasta caminos donde te sentirás segurísima con el culpable que tu cabeza ha creado para que finalmente y frente a todo pronóstico el escritor te sorprenda.
Esta novela se centra mucho no solo en lo que es el caso en sí, sino también tiene una gran importancia los sentimientos y sucesos que han golpeado a nuestro equipo y razón por las que les hace tomar ciertas decisiones.
Como siempre, de prosa ligera y muy ágil que atraparán al lector de principio a fin.