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¿Les gustaría estar siempre felices? Uno pensaría que no habría razón para no quererlo, pero este libro nos hace pensar en si estaríamos dispuestos a sacrificar lo que conocemos para alcanzarlo. La historia ocurre en el Estado Mundial, lugar donde las personas son creadas en un laboratorio y entrenadas, sin saberlo, a desempeñar un rol específico en la sociedad y sentirse plenos con dicho rol. Parecería una utopía pues la felicidad es un estado constante. Y si se llega a sentir algo negativo, existe una droga impulsada por el gobierno que hace olvidar cualquier problema. Además, la filosofía es que “todos son de todos”: la monogamia y las familias no existen; un menor apego es mejor porque se evitan los celos, la tristeza y la desilusión. Este libro me hizo analizar muchas cosas sobre cómo funcionamos. En la historia conocemos otro lugar donde viven “los salvajes”, quienes mantienen costumbres como las nuestras pero también tienen otras que hoy consideraríamos anticuadas. Es muy interesante ver el contraste entre ambos grupos, y reflexionar sobre el papel de estos temas en nuestra sociedad. Aunque hubo partes que no me engancharon tanto, el análisis al que invita Huxley es excelente. ¡Amé los capítulos 16 y 17! Y en esos me quedaré pensando un bueeeen rato. Me gustó. Esta es la sinopsis: “Un mundo feliz. Los humanos son creados en probetas y en serie, y desde que son fecundados se decide a que casta pertenecerán y a qué funciones se dedicarán. Todos son felices: desde que ‘nacen' se les condiciona, a través del sueño, a aceptar la existencia definida y a no desear nada más. No existe la guerra ni el hambre. Pero, ¿realmente son felices? Muchos son los interrogantes que plantea esta espléndida novela, que ha pasado a formar parte del acervo intelectual de la humanidad.” - Dama Literaria. |
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