Un mundo feliz

El libro nos traslada a un futuro en el que los seres humanos son creados in vitro y viven en una sociedad jerarquizada, conformista y consumista. Donde las personas son manipuladas genéticamente, educadas y condicionadas para que sean felices y sumisas, carezcan de inquietudes y estén satisfechas con la vida que llevan.
Pero a cambio de la comodidad y la felicidad fácil, han renunciado a cosas como el amor, el arte, la familia y la individualidad.

Aunque no ha sido exactamente como me esperaba y se ha quedado un poco por debajo de mis expectativas, me ha gustado bastante esta crítica social atemporal que invita a reflexionar sobre nuestra sociedad y nuestro tipo de vida, sobre si vale la pena renunciar a cosas como la individualidad, el arte o el amor a cambio de una vida artificialmente feliz y sin preocupaciones, sobre lo difícil que puede resultar adaptarse a una sociedad distinta a la nuestra y sobre cómo vemos y juzgamos a los que tienen unas costumbres o una forma de pensar distintas a las nuestras.

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