El verano sin hombres

La historia transcurre durante el verano que la autora, bajo el nombre de Mia, pasa en la ciudad de su infancia donde aún vive su madre en una residencia para ancianas activas e independientes. Junto a su madre y su grupo de amigas, su vecina, su hija y un grupo de jovencitas a las que imparte un taller de literatura, Hustvedt cuenta una historia interesante y que hace honor a su título: todas las protagonistas principales son mujeres, unos personajes que resultan creíbles y que cuentan sus penas y sus años de relación con hombres.

Es breve y sencilla, sin pretensiones, pero a la vez crea un entramado mucho más profundo y complicado del que se puede esperar a simple vista: la complejidad de las relaciones entre hombres y mujeres, el abandono, la traición y la reconciliación. La búsqueda interna, la dependencia, la vejez y las relaciones fraternales... Y la intensa relación que se crea entre una serie de mujeres que comprenden un amplio abanico de edades, construyendo así una visible evolución en el alma femenina a través de los años.
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