El sótano de Óxford

¿Cómo empieza la novela? Estructuralmente tiene una organización muy simple. Encontramos primero un prólogo, al que sería interesante volver cuando acabemos la lectura total de la novela, porque nos va a aclarar muchas cosas, después la novela en sí, que ojo, y coincide con la anterior novela de la autora, no tiene capítulos en sí, es toda seguida, pero no hay problema, porque va por partes totalmente diferenciadas, así que vamos a poder parar donde queramos, estas partes o minicapítulos los vamos a diferenciar por tipo de escritura, porque se pasa a una interrogación, una publicación, correo... Es una fórmula que la autora acostumbra a usar y funciona perfectamente, hace la lectura super ágil y dinámica y me parece muy original. Hace que las páginas pasen volando. Para acabar tenemos un epílogo, que nos dejará con la boca abierta y también aclarará muchas cosas. Es una novela cerrada y no hace falta leer la anterior previamente (aunque si no lo hacéis, no sabéis lo que os perdéis, porque fue una de mis lecturas del año pasado, avisad@s estáis).

Pero, cuál es el punto de partida de la novela? Pues uno en apariencia bien simple. Un vecino de Frampton Road, que es bastante estúpido (esto no tiene relevancia ninguna pero si no lo digo no me quedo agusto) se ha comprado una casa nueva y está haciendo obra en toda la vivienda. El sótano está imposible. Los obreros han empezado a picar y se está viniendo la pared abajo. Siguen quitando yeso y de repente encuentran un rostro observándolos desde dentro, es el de una chica demacrada, deshidratada y a punto de morir... Pero hay más, hay un niño de unos dos años con ella! Empieza la trama!

A partir de hay empieza la narración, contada en primera persona, por el inspector del caso, Adam Fawley, el mismo inspector del anterior libro. Aunque ya lo conoceremos a él y a su equipo, no hay problema porque la autora nos aporta los datos necesarios para que no nos perdamos en la lectura. Aún así, lo ideal es leerlos en orden. Así pues, el caso parece bastante claro, la casa de ese sótano pertenece a un antiguo profesor que se apellida Harper, y tiene demencia senil. Es imposible interrogarlo debido a su enfermedad, nadie va a su casa excepto su asistente social que nunca ha oído nada y además no pasa allí más de un cuarto de hora (los recortes...). La conclusión es que el viejo cometió el crimen cuando estaba aún bien de la cabeza, hace unos 3 años, y luego se le fue la cordura y se olvidó de que tenía allí a dos "inquilinos". Muy fuerte, no creeis? Si ya es cruel que te secuestren, que se olviden de que te tienen encerrada en un sótano y te dejen morir tiene que ser terrible....

¿Y ya está? ¿El caso terminado? Sería muy fácil no? Es una novela de casi 500 páginas, así que la autora no lo va a poner tan fácil. de repente va a volver a salir a la luz un caso de hace unos dos años, en el que una periodista del barrio, Hanna Gardiner, desapareció, dejando un marido desolado y un niño de dos años sin madre. El cuerpo no se encontró pero hubo una investigación, un acusado por una serie de indicios y está entre rejas. Ahora el caso se reabre porque ahora se busca una conexión con la investigación actual, a tenor de las acontecimientos y los descubrimientos que se van haciendo, y la cosa se va complicando y enredando a partes iguales.

No os he mencionado pero parece que es obvio, que esta novela se inspira en un caso real, el conocido Josef Fritzl, ‘El Monstruo de Amstetten', que dio la vuelta al mundo y nos horrorizó a todos, donde un padre encerró y secuestró en su propia casa a su hija durante más de 20 años, violándola y teniendo 7 hijos con ella. Este caso también inspiró la película La Habitación, que hemos podido ver hace un par de semanas en televisión. Pero en esta ocasión la autora decide dar muchas vueltas de tuerca y giros, algunos los vemos venir y otros no, quizás tantas vueltas de tuerca puedan perdernos un poco pero finalmente todo se reconduce y el final queda perfectamente cerrado sin lugar a dudas. Cara Hunter va a jugar con nosotros al despiste, vamos a tener en nuestras miras a varios sospechosos, porque estos estarán llenos de secretos y contradicciones, algo con lo que la autora juega muy bien, eso sí, debemos estar atentos y en alerta, para no perdernos nada, como si nosotros mismos estuviéramos llevando a cabo la investigación con Fawley.

Con algunas dosis de drama por la situación, por el niño y por las circunstancias de los protagonistas, vamos a ir descubriendo que no todo es lo que parece a priori, que hay cosas mucho más oscuras en algunos de los protagonistas. El relato, como ya os he dicho, se irá aderezando con entrevistas a testigos, con publicaciones en un blog de actualidad, interrogatorios, conversaciones telefónicas e incluso comentarios en twitter. Es por eso que os decía que se lee rápidamente, es una fórmula que quizás pueda chocar al principio pero que funciona perfectamente. de este manera iremos avanzando junto con Fawley y su grupo en la investigación, muchas veces parece que en un camino sin retorno, a la vez que vamos viendo como el niño y la muchacha van saliendo de su caparazón y pueden aportar más pistas, a veces ni siquiera hablando sino con sus acciones o actitudes. A la vez se va desgranando el otro crimen, interrogando de nuevo al marido de la mujer, a la niñera de la familia, e incluso analizando con sistemas antiguos que dan resultado ahora un mensaje de voz de la víctima de la misma mañana de su desaparición, o visitando las antiguas tiendas del barrio donde la pudieran ver. Todo vale, técnicas antiguas o las técnicas más actuales, todo está al servicio de la investigación. Me he descubierto yo misma tomando notas mentales de tal interrogatorio o tal visita, analizando los personajes, y descubriendo antes de que llegara el momento cosas claves para el caso y esto sólo se consigue con un thriller que te engancha y que tienes todo el rato en la cabeza, así que yo creo que ya os lo he dicho todo!

También deciros que es una novela muy visual, me puedo imaginar en escenas en mi mente todo lo que está ocurriendo. Es de esas novelas que puede ser llevaba a la gran pantalla o a una serie, y es que como han dicho otras críticas, "trepidante", "lectura compulsiva", "recuerda al mejor Hitchcock" o "admirable domino del ritmo y de la tensión", son características que describen perfectamente. Los escenarios, tanto interiores (el mismo sótano), como los exteriores están muy bien trazados, por algo se trata de su misma ciudad, así que lo conoce todo al mínimo detalle. Por eso puedes imaginarte muy bien estar presente en distintas escenas.

¿Qué deciros del final? Que es tran truculento y perturbador que me ha encantado. Como os he dicho, me imaginé alguna cosas, y con eso ya era fácil tirar del hilo. Pero aún así, los detalles me han parecido tan escabrosos, tan de psicópata (algo que se analiza a lo largo de la novela, si un psicópata nace o se hace, qué psicópata es más cruel, si una mujer o un hombre), que no podía parar de leer y de escandalizarme. Porque no es que haya sangre a raudales, ni hachazos ni nada de eso, es ese terror sutil que nos hace pensar que como bien reza la sinopsis, cualquiera de nuestros vecinos puede ser un psicópata o un asesino y tener en su garaje o su trastero una persona secuestrada o descuartizada. Oh, espera, no nuestro vecino pero si nuestro profesor, la mujer que nos vende por catálogo, el chico taciturno que pasea por el parque cuando llevamos a nuestro perros... Pensadlo y os dará miedo!

En definitiva y para no repetirme más, El Sótano de Oxford es uno de los thrillers del año, una de mis mejores lecturas (y sólo estamos en Abril) porque parte de una premisa de esas que ponen los pelos de punta y va in crescendo, organizando un juego para el lector que lo llevará a devorar las páginas para saber quién es el culpable y sobre todo el porqué, que puede ser tan nimio como sólo el placer de hacer daño al prójimo o bien mucho más profundo y perverso. Los personajes nos traerán loc@s porque no sabremos de qué van cada uno hasta que todo encaje en un final imprevisto, porque podremos imaginarnos cosas, pero no hasta qué punto, por eso todo es tan escalofriante!
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