Los Miserables

Hay libros que destacan por sus personajes, otros por su contexto histórico, su trama, las reflexiones que se encuentran entre sus páginas, la crítica social, la precisión de sus descripciones o la belleza de su lenguaje.

Los Miserables destaca por todo.
Cada una de esas cosas, y más, llevada a cabo con maestría en este único libro, que he tardado en leer, disfrutar y digerir nada menos que dos meses; y que se convierte en la mejor experiencia literaria de 2020 y 2021 y posiblemente mi corta vida como lectora.

Si tengo que destacar algo, además de lo muchísimo que he aprendido y de los maravillosos personajes que nunca olvidare, sería la inmensa y cruda crítica social, apoyada en un conocimiento vastísimo de la misma; a pesar de la cual, no deja de ser una obra llena de esperanza. Víctor Hugo quiere creer en la bondad de la gente, cree posible un mañana mejor, pero sin vendarse los ojos ante la maldad y las injusticias.

Es de sobra conocido que tiene largos capítulos en los que se dedica a hablar sobre temas muy diversos que "no tienen nada que ver con la trama", pienso la sociedad que nos presenta quedaría descalza sin estas partes, pero es cierto que están ahí y que a veces se hacen un poco cuesta arriba. En mi caso, algunas, como la famosa de Waterloo, no me entusiasmaron; mientras que otras, como la dedicada a los niños de Paris y la figura del golfillo, me dejaron completamente embelesada.

Para mí, es un libro irrepetible, una obra maestra que me ha hecho sufrir condenadamente.