Mujeres de la cultura

Un libro de lectura ágil, cuya intención es dar a conocer a diez ilustres mujeres de la cultura española de los siglos XIX y XX, muy destacadas pero que no tuvieron en su época el reconocimiento que merecían por sus importantes actividades profesionales y artísticas, pero ni siquiera en la actualidad.

Un libro, por tanto, absolutamente didáctico y también sencillo, aunque muy bien escrito y contado con rigor y con belleza.

La autora nos transporta a un pasado en el que la mujer, profesionalmente, no era tenida en cuenta. Por tanto conocerlas y valorarlas es su interés. Y sobre todo, que pueda llegar a la gente más joven.

Si hablamos del título, es también certero, ya que lo que propone , precisamente, es darnos a conocer a mujeres que tuvieron un papel determinante en la cultura de su época y que la traspasa para hacerla llegar hasta la actualidad.

Nos damos cuenta también, que, así como los hombres de la generación del 98 y de la generación del 27, son suficientemente valorados y conocidos, además de ser estudiados durante todas las épocas, porque aparecen en los libros de texto, son importantes y además son leídos sus libros, que, por cierto, hay que leer y conocer, sin duda.

Pues esto no ocurre con las mujeres del mismo período, que también fueron importantes y nos dejaron sus también interesantes obras que deberíamos, igualmente, conocer y estudiar.

La verdad es que es un libro, muy cuidado y muy bello. Son diez historias muy diferentes, centradas en mujeres que contribuyeron al progreso y la cultura de España como María Blanchard, Carmen de Burgos, Clara Campoamor, Elena Fortún, María Guerrero , María Teresa León, Concha Méndez, María Moliner, Emilia Pardo Bazán y María Zambrano.

Nos hace además, una presentación de cada una de ellas, a través de un dibujo espectacular donde las vemos con algo característico en sus manos que las representa. Son ideales.

A final de cada capítulo sobre la exposición de sus características, nos aparece una breve síntesis de su biografía que también nos ayuda a situarlas en su momento histórico.

Me ha parecido muy importante y acertada la forma de acercar a estas interesantes mujeres, que destacaron en las artes y la literatura, al público más juvenil. Y por ello su elaborada prosa y también las historias noveladas de las vidas que nos relata.

Pensemos que la autora es profesora de Lengua y Literatura y trabaja en un instituto de secundaria de la Comunidad de Madrid. También dirige talleres de animación a la lectura, por lo que conoce perfectamente a los jóvenes y puede trabajar con ellos, que además entra dentro de su materia, el libro y las correspondientes mujeres que se destacan en él, enriqueciendo sus clases y a sus alumnos y demás jóvenes lectores.

Además, con este libro y lo que representa, así como el quehacer y las facetas de la vida que encontramos expresadas en las vivencias de estas extraordinarias mujeres, nos prepara a cada lector y al público más joven, a saber conectar el pasado con el presente y a conocer los vínculos de sus obras con la realidad y el ambiente histórico en el que vivieron.

Me ha gustado mucho conocerlo, leerlo y, a pesar de que se puedan conocer ya a las mujeres que trata, es una obra interesante, amena y a la vez necesaria para completar la etapa de las intelectuales que, con su talento y fortaleza, siguieron adelante hasta conseguir marcar con su vida y obra, todo lo que también hoy nos representa.

¿Qué reflexión cabría contemplar?

Nadie sabe lo que vale una mujer, principalmente, porque ellas mismas lo desconocen, lo ignoran. Lo ignoran porque el empeño de que esto sea así, ha sido ímprobo.

Romper cualquier red de sostén entre las mujeres fue en todo tiempo y lugar, una cuestión esencial para separarlas y así poder subvertir cualquier intento de las mujeres por situarse en igualdad de condiciones con los hombres, aunque poseyeran iguales o mayores conocimientos que ellos.

Cualquier intento de mostrar sus conocimientos, su inteligencia y discernimiento, ha sido hábil y convenientemente bombardeado desde el principio de la historia de la humanidad.

A las mujeres se las ha querido siempre encerrar en el cuerpo, el cuerpo de las mujeres siempre ha sido el lugar ideal para enclaustrarlas, ningunearlas y herirlas.

El mayor empeño de la dictadura hegemónica ha llevado siempre como estandarte hacerlas dudar, dudar de todo, de su cuerpo, de su fuerza, de sus habilidades, de sus conocimientos, de su impronta y de su historia.

Las mujeres han sido habilitadas única y exclusivamente para ocuparse del mundo de lo privado.

El mundo en el que vivieron estas y otras muchas mujeres estaba consolidado como una fatria, una cofradía de hermanos sin hermanas.

El resultado final , pues, no podía ser otro. El resultado final es, mujeres valerosísimas que prácticamente no han existido.