El filo de la verdad

Aaron es el samurái maldito y decide abandonar sus tierras en el lejano este para entrar en el reino de Erindorn. Tras su letargo el mundo ha cambiado por completo. La religión se ha hecho dueña de todo el territorio, escondiendo la realidad. Mientras tanto, las fuerzas oscuras se están alzando de nuevo, apareciendo numerosos demonios y él continúa con su sed de venganza buscando a un demonio en concreto.

Esta novela es de fantasía con un toque oscuro. Trata temas sobre la política, la religión, el poder y los demonios. Una combinación bastante interesante. Si habéis visto la serie The Witcher, la vi hace poco, (leído sus libros o jugado a sus videojuegos), esta historia os va a gustar también, pues tiene un aire casi parecido.

Sobre el protagonista, Aaron es un personaje en apariencia frío, huraño, siempre de mal humor y muy serio. Parece no sentir emoción alguna hacia los demás, pero eso es solo una fachada. El mundo creado por el autor es muy rico y extenso. Está muy bien logrado, con muy buenas descripciones y una ambientación excelente, lo que hace que el lector se traslada a esas tierras hostiles y peligrosas. Tiene unas creencias en unos dioses, dioses vivos y reales. Además, este mundo tiene así un toque japonés bastante atractivo. ¡Y con magia!

La narración está llena de flashbacks, lo que nos hace entender aún más el personaje de Aaron, bastante complejo. La pluma del autor es muy buena, rica en detalles, con una lectura fluida, amena y que atrapa. También tiene algún que otro toque de humor. Es una pluma muy visual, fácilmente se puede uno meter en la trama. Además el final es sorprendente. Si tuviera que poner algo negativo sería en la gran extensión de los capítulos, lo que, en ocasiones, se hacía un poco más lenta la lectura.
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