El arquitecto de la canción

Aunque es el primero de una saga, se trata de un libro autoconclusivo.
Para empezar, quiero hablar de los aciertos que tiene para mí esta obra.
No había leído a la autora y me ha gustado mucho su estilo narrativo; cuidado pero sin resultar complejo, con descripciones muy bellas. El ritmo es pausado, pero la intensidad de la historia está muy bien medida y va creciendo de manera constante hasta el clímax final.
Los capítulos son cortitos. al inicio de cada uno hay una cita, cosa que yo, que soy coleccionista de frases, he agradecido mucho. Y al final, casi todos se cierran con un cliffhanger, lo que hace que no puedas parar de leer. También hay dos o tres giros argumentales interesantes que han contribuido a mantener mi atención.
En cuanto a los personajes, me han encantado. Chaine es amor del bueno, y veo evolución en Juliet y Hawk. Ella, atreviéndose a abrirse al mundo y él, descubriendo su pasado y aprendiendo a aceptarse a sí mismo.
Pero hay otros aspectos que no me han convencido tanto.
En el último tercio del libro se centra totalmente en la historia de amor y deja un poco de lado el misterio. Los últimos capítulos los he encontrado excesivamente acelerados, para mi gusto, todo se resuelve demasiado rápido.
El contexto victoriano se usa como telón de fondo de la historia, pero creo que se aprovecha poco. Por ejemplo, se apunta que la protagonista está iniciando un movimiento que trata de imponer la racionalidad en las vestimenta femenina, pero apenas se desarrolla esa idea. Se le podría haber sacado mucho más partido a esto.
Otro detalle que no me ha gustado es que he detectado alguna pequeña incoherencia en la forma en que es convocado el fantasma de Hawk.
Respecto a la edición, he encontrado más erratas de lo que me parece normal en un libro publicado por una editorial.
Sin embargo, los personajes me han cautivado lo suficiente como para obviar estos pequeños fallos y, la verdad, he disfrutado mucho leyendo.
En resumen, una historia recomendable para espíritus románticos.